viernes, 16 de mayo de 2014

EL INMORTAL

...o también "El Arcabuceado", se llamaba Antonio García Monteavaro López, y fue miembro del regimiento de los húsares de Castilla, llegando a obtener el grado de alférez.

Recibió (y sobrevivió) hastas 32 heridas de bala y arma blanca en diferentes encuentros y batallas de nuestra guerra de la Independencia, incluido un fusilamiento. Sin duda era valiente, pero lo que seguro que sí era es tenaz y afortunado.

El Inmortal en uniforme de los húsares de Castilla
EL COMIENZO DE LA GUERRA

Antonio García nació en Castañeirúa, un pueblín cerca de Castropol, en Asturias, en una familia humilde, y de él nada sabemos hasta que se alista en 1808 en el ejército que estaba formando la Junta Provincial del Principado a raíz de la invasión francesa.

Parece que primero se alistó en el regimiento de Castropol para pasar después a los Húsares de Castilla. En Asturias, el general Acevedo estaba formando dos pequeñas divisiones para colaborar en la lucha contra el francés.

Estas divisiones se incorporaron al ejército de la Izquierda, mandado por don Joaquín Blake y Joyes, junto con el ejército de Galicia y la divisón del Norte del marqués de la Romana, evadida de Jutlandia en Dinamarca (esa sí que es otra historia digna de ser contada).

El caso es que cuando Napoleón entra en la península con 150.000 hombres de refuerzo para el ejército que ya tenía aquí, la primera maniobra es derrotar a nuestra ala izquierda, y sus mariscales, hambrientos de victorias después de haber sido derrotados en Bailén y Zaragoza se lo toman con ahínco.

La división Villatte del cuerpo de Lefebvre realizó una maniobra ofensiva sobre Valmaseda, donde estaba Acevedo, y rodeó sus fuerzas, aunque por la noche tras un violento combate, los asturianos consiguieron abrirse paso a través de los franceses, y al día siguiente, junto con el resto de divisiones de Blake, rodearon a Villatte, que fue derrotado, y tuvo que huir a su vez debido a la falta de cooperación del resto de su cuerpo de ejército. Fue una victoria exigua para los españoles, pero victoria al fin y al cabo, después Blake y La Romana se vieron obligados a retirarse hacia Galicia ante la fuerza abrumadora de los franceses.

En esta acción de Valmaseda, Antonio García recibió un balazo, y una herida de estocada después en la breve defensa de Oviedo.
Don Joaquín Blake y Joyes

MULTITUD DE HERIDAS

La lista de heridas después de esta primera acción es muy larga, y las acciones en que las recibió van jalonando la retirada de los ejércitos españoles hacia Galicia y la frontera norte de Portugal. Son todo acciones de retaguardia, en las que sobre todo la caballería intenta proteger las columnas de infantería en retirada y los trenes de munciones y pertrechos de la persecución tenaz del ejército francés, que como sabemos llegó hasta la Coruña.

Un balazo en Mondoñedo, varias estocadas en la defensa de Lugo, cuchilladas en Vivero y Betanzos, más heridas en la Coruña y Santiago, otro balazo en Villafranca del Bierzo...

CAMPAÑA DE 1809

El Inmortal no reaparece hasta la campaña de otoño de 1809, está vez con su regimiento formando parte del Ejército del Centro (suponemos que pasó casi un año en Portugal recuperándose de sus heridas), al mando de Vicente Cañas y Portocarrero, Duque del Parque.

Las operaciones de éste fueron bastante desafortunadas, pues actuó de manera descoordinada con el resto de ejércitos y aunque logró desalojar por breve tiempo al enemigo de Alba de Tormes, sufrió allí mismo una derrota en Noviembre a manos del general François Kellerman, que tenía menos de la mitad de hombres que él. El ejército tiene que retirarse de nuevo a Portugal y nuestro Inmortal participa también en la defensa de Ciudad Rodrigo.

fusilamientos del 3 de Mayo
CAPTURADO Y ARCABUCEADO

A finales de julio de 1810 la situación en Extremadura había cambiado bastante a raíz de la invasión de Portugal por parte del ejército del mariscal Massena. Este necesitaba todas las tropas posibles para enfrentarse a Wellington, y había dejado pocos efectivos guardando los accesos a Sevilla desde Extremadura.

El marqués de La Romana pensó que aunque su ejército era pequeño, podía forzar una demostración de fuerza hacia Sevilla, así que partió con 10.000 infantes y escasos 1.000 jinetes (entre los que se encontraban de nuevo los húsaresde Castilla) hacia Zafra y Llerena.

Los franceses fueron desalojados en principio, pero en agosto, acudió el Duque de Dalmacia (el mariscal Nicolas Soult) con refuerzos, y con sus 7.500 infantes y 1.200 jinetes batió a las fuerzas españolas en Cantalgallo. Allí resultó preso nuestro héroe, y como oficial de caballería, fué mandado fusilar por el oficial francés que le capturó, junto con otros dos oficiales más. Recibió cuatro balazos de mosquete, pero inopinadamente pudo sobrevivir cuando los franceses le dieron por muerto.

Fue encontrado y socorrido por los nuestros, y cuando se recuperó pudo presentarse al general Ballesteros para continuar en la lucha. Se cuenta que tres meses después de haber sido pasado por las armas, consiguió capturar al oficial francés que lo había mandado fusilar, y que le sometió a la misma prueba, aunque esta vez el francés no tuvo tanta suerte como el Inmortal.

húsares de Castilla

 LA DIVISIÓN BALLESTEROS

Formando parte de la división de Ballesteros siguió combatiendo en el sur de Extremadura, y fué herido de nuevo en Fregenal de la Sierra, esta vez un balazo y dos estocadas, a pesar de lo cual consiguió capturar un francés y su caballo y recuperar una bandera española perdida.

Vuelve a recuperarse de las heridas recibidas, y nuevamente junto al general Ballesteros participa en la batalla de la Albuera, añadido su regimiento a la brigada de caballería del brigadier Loy, formando parte del 4º ejército de don Joaquín Blake.

La Albuera fué una batalla sangrienta, en la que el ejército aliado, y en particular los españoles conseguimos detener el asalto del ejército francés de Extremadura al mando de Soult (en otra ocasión la contaré). Enfrentándose a la caballería francesa de Latour-Maubourg recibió otra nueva herida, esta vez una estocada.

Batalla de Sagunto, 1811
SAGUNTO, NUEVO ESCENARIO

Como vemos nuestro personaje no se perdió ningún escenario de la guerra.
En octubre de 1811, el 4º Ejercito de Blake fue enviado como ejército expedicionario a levante, y se juntó en Sagunto con el ejército de Valencia de O'Donnell y el de Murcia del brigadier Mahy. Y como parte de la brigada de Loy de este ejército partió el Inmortal.

El objetivo era detener la ofensiva del experimentadísimo general Suchet cuyo objetivo era conquistar Valencia, viniendo desde Zaragoza. El encuentro fué en Sagunto, antiguamente conocido como Murviedro, y la fortuna fué esquiva una vez más para nuestras armas. Allí el Inmotal volvió a recibir heridas, incluyendo una nueva estocada. Probablemente fue en la acción en la que se vieron arroyados por la carga del 13º de coraceros y perseguidos por coraceros y húsares franceses, de manera que incluso los jefes de la brigada, Caro y Loy, resultaron heridos y capturados por los franceses.

La última actuación que aparece en su historial es en la llamada "sorpresa de Murcia" en enero de 1812, en la que las tropas de caballería de don Martín de La Carrera sorprendieron a las de Pierre Soult, que estaban en Murcia recabando impuestos para las tropas francesas, y aunque les sorprendieron inicialmente, fueron rechazados después los españoles. Aun así, Pierre Soult (el hermano pequeño del Mariscal), se llevó un susto para el cuerpo y decidió salir pitando de Murcia porque para él era una posición muy expuesta y porque le sorprendió la violencia y la audacia del ataque español

EL CONCISO

La relación completa de sus heridas puede leerse en el boletín El Conciso, boletín de noticias gaditano que se publicó desde 1810 hasta 1814 si bien con alguna interrupción.

En este enlace se pueden consultar todos sus números editados:
El Conciso

si buscáis el número de 1 de febrero de 1813 en las páginas 5 y 6 os encontraréis con su petición de pensión por heridas de guerra y la relación de estas.... un caso realmente increíble.

Ah, y sí, finalmente el Inmortal acabó muriendo, a los 49 años de edad, después de luchar en la guerra civil a favor de los liberales a las órdenes del Empecinado, y después en la 1ª guerra carlista terminó exiliado en Portugal, y finalmente murió en La Coruña pobre y olvidado, y fue enterrado en una fosa común del cementerio para indigentes de San Amaro en 1841

sábado, 10 de mayo de 2014

LA FRAGATA MERCEDES

La fragata Mercedes se hizo famosa hace unos años a raíz del conflicto del Gobierno español y la compañía Odyssey, que se dedicaba y se dedica a extraer tesoros hundidos de los pecios, estén estos donde estén y pertenezcan a quien pertenezcan.

Combate del Cabo de Santa María

En este caso los tribunales americanos nos dieron la razón como propietarios del barco hundido, ya que en 1804, ya existía España como estado y el barco era un buque oficial con cargamento oficial.
Aquí os cuento las circunstancias que llevaron a la fragata Mercedes y otras tres, a trabar un combate desigual con 4 fragatas británicas, que atacaron el convoy sin previa declaración de guerra ni nada que se le pareciera.



EL TRATADO "SECRETO"

Como todos sabéis, España estaba en medio de dos grandes potencias, la Francia de Napoleón y la Inglaterra de William Pitt el joven.

En Mayo de 1803 había comenzado la guerra de la 3º coalición contra Napoleón inicialmente con solo los ingleses en contra, pero  desde el asesinato del duque de Enghien y la proclamación de Napoleón como emperador el 18 de mayo de 1804 se fueron sumando a la causa los rusos y los napolitanos. Los austriacos se lo estaban pensando y en Prusia bullían sentimientos anti-franceses.
España, entonces gobernada por el simpático Manuel Godoy había suscrito un acuerdo “secreto”, entre Godoy y Tayllerand, el ministro de exteriores francés, por el cual a cambio de no entrar en guerra por ninguno de los dos bandos, se comprometía a pagar a Francia 24 millones de reales mensuales.
 La cantidad era estratosférica, pero era la última carta de Godoy para no verse envuelto en un conflicto en el que solo teníamos cosas que perder y nada que ganar.

Manuel de Godoy, Príncipe de la Paz
Si entrábamos a favor de Inglaterra nuestras colonias estarían seguras, pero a cambio la madre patria se vería invadida por el mejor y más numeroso ejército existente en el momento.
El ejército de tierra español era de unos 35.000 hombres aproximadamente, y el francés podía ascender a unos 200.000 y de excelente calidad.

En cambio, si entrábamos a favor de Francia, nuestra flota, aun siendo la 3ª en poder todavía en la época, ni estaba preparada ni era capaz de defender los miles y miles de km de costa de nuestras colonias.

Evidentemente a Napoleón le interesaba contar con la flota española, y no con el dinero, que aunque le vendría bien, lo que le faltaba era tiempo para poder construir una armada suficiente que se enfrentara en igualdad con la inglesa.

Gran parte de la flota borbónica francesa había sido destruida en el asedio de Tolón, y luego la campaña desastrosa de Egipto terminó de destruir un gran número de navíos, así que los barcos franceses eran de nueva creación y todavía se estaban armando en su mayoría.

Así que fue Napoleón mismo quien le hizo llegar a William Pitt los términos del acuerdo “secreto” de 19 de octubre de 1803.
Claro, los britiánicos pusieron el grito en el cielo, y empezaron a pedir explicaciones a Godoy. Como éste se hacía el sordo y daba largas, el almirantazgo tomo la decisión de provocar la guerra.

Para Inglaterra era el mejor momento, con los magníficos navíos españoles aún por armar y los marinos por movilizar y las flotas francesas bloqueadas en puerto (Ganteaume en Brest, Missiessy en Rochefort y Villeneuve en Toulon), tenían las manos libres para atacar las colonias españolas, y además presentar a España como aliada del malvado opresor francés.

fragata española de 40 cañones
LA TRAMPA PERFECTA

La operación estaba perfectamente estudiada. Además de dejar a España sin fondos para pagar a Francia ni para armar sus navíos, tenía que presentarse como una acción en la que el almirante español combatiera, y no en que su flota fuera llevada a puerto obligada por una flota abrumadoramente mayor. Así que se designaron 4 fragatas para esperar a las otras tantas fragatas españolas que venían de la Habana. Pero, eso sí, 4 fragatas iguales en número pero definitivamente superiores en preparación y potencia de fuego a las españolas.

Las 4 fragatas españolas volvían de las américas, totalmente desprevenidas de lo que les esperaba. Sobre todo porque no había ningún estado de guerra entre la Gran Bretaña y España, y ni siquiera el Parlameto había amenazado con ello a la corona española. Sin embargo, el escuadrón británico aguardaba al acecho entre el promontorio de Sagres, en el Cabo de San Vicente, y el cabo de Santa María, perfectamente informado de las características de su presa, y del cargamento que transportaba.

El escuadrón español estaba compuesto por las siguientes fragatas:
- Medea, 40 cañones de a 18 libras, botada en el Ferrol en 1797
- Fama, 34 cañones de a 12 libras, botada en Cartagena en 1795
- Nuestra Señora de las Mercedes, 36 cañones de a 12 libras, botada en la Habana en 1786
- Santa Clara, 34 cañones de a 12 libras, botada en La Habana en 1780, y reformada en El Ferrol en 1784

...y el británico:
- Indefatigable, 44 cañones, razeé, ex 64 cañones tuneado, botado en Portsmouth en 1784, remodelado en 1794. 26 cañones de 24 libras, 12 cañones de 12 libras, 6 carronadas de 42 libras
- Lively, 38 cañones, botada en Woolwich, 28 cañones de 18 libras, 4 cañones de 9 libras, 6 carronadas de 32 libras
- Amphion, 32 cañones, botada en 1798 en Mistleythorn, 26 cañones de18 libras, 4 cañones de 6 libras, 10 carronadas de 24 libras
- Medusa, 32 cañones, botada en 1800 en Northfleet, 26 cañones de 18 libras, 4 cañones de 6 libras, 10 carronadas de 24 libras

carronada de 42 libras
En principio parece haber igualdad en armamento y porte, pero esto es engañoso. El Indefatigable era en realidad un razeé, es decir, un antiguo buque de línea de 64 cañones que había sido remodelado quitándole un puente, de manera que había pasado a llevar solo 44 cañones, había sido renombrado como fragata, pero mantenía el calibre de estos (24 libras), y su manga y su espesor de tracas y casco era muy superior a cualquier fragata española. Es decir, no solo pegaba mucho más sino que además encajaba también mucho más que nuestros barcos. Al rebajarle en un puente y su batería de cañones correspondiente, había perdido bastante peso pero manteniendo la superficie vélica en su aparejo, lo cual lo hacía ganar en velocidad.

Además, hay que decir que cuando hablamos del porte de un barco de la época, siempre decimos el nominal de los cañones que portaba o podía portar, es más bien el número de portas que el de cañones. Los ingleses siempre añadían a este porte varias carronadas que no entraban en el nominal, mientras que los españoles y franceses solían añadir algún obús o mortero, que acondicionaban en la toldilla del barco, sin embargo, sin estar en guerra los barcos españoles no tenían artillería adicional, como sí los ingleses.
A esto hay que añadir que en tiempo de paz y en las largas travesías atlánticas era práctica común el llevar parte de las piezas trincadas contra las tracas, es decir, en posición longitudinal con el barco bien amarradas a los costados. Es decir no listas para ser empleadas. Esto era para prevenir que las piezas se soltasen por algún temporal o galerna (un pieza de 12 libras, por ejemplo podía pesar más de 1.500 kilos). Así que probablemente no toda la artillería nominal estaba preparada para un combate inmediato.

voladura de la fragata Mercedes

LA BATALLA

 La batalla en sí fue dura y corta, el comodoro británico, Graham Moore, conminó a la rendición al Brigadier Bustamante, que estaba al mando de la flotilla española, y a que permitiera que sus barcos (cargados con 4 millones de pesos en caudales) fueran acompañados a un puerto inglés y sus tripulaciones desarmadas e internadas. A lo cual, don José de Bustamante no pudo sino negarse y disponerse a entablar combate.

Así que las fragatas formaron en línea de combate y quedaron emparejadas con sus 4 oponentes inglesas a distancia de tiro de pistola, con la mala fortuna de que a los 10 minutos de comenzado el cañoneo, la fragata Mercedes sufrió un impacto de mala suerte en su santabárbara, que la hizo volar por los aires, muriendo 200 hombres de los 240 de su dotación.

Al faltar una fragata en la línea todo se aceleró, la Amphion quedó libre y se incorporó al ataque de la Medea, que tuvo que rendirse al pelear contra dos oponentes superiores ambos. Las otras dos fragatas españolas intentaron abrirse camino hacia Cádiz, pero resultaron capturadas ambas.

En los barcos españoles no solo había marinos, sino también civiles que retornaban a España desde las Américas, por ejemplo, es famoso el caso del general Diego de Alvear, que perdió a su mujer y a 7 de sus 8 hijos con el hundimiento de la Mercedes.

Las tres fragatas restantes fueron capturadas y llevadas a Gibraltar primero y después a Inglaterra, junto con un cargamento aproximado de 3 millones de pesos, el resto se hundió con la Mercedes. Además las fragatas, una vez reparadas, entraron a formar parte de la Royal Navy.

CONCLUSIÓN

Es curioso que aunque indignado por el ataque, al gobierno español de Godoy le costó aún dos meses tomar la decisón de declarar la guerra a Inglaterra. Dos meses y varios ataques más, como por ejemplo el de la fragata Venus a un bergantín español en la rada de Funchal, en Madeira, del cual el bergantín escapó a duras penas, o el apresamiento el 7 de Diciembre de 1804 de la fragata Anfítrite por el navío de 74 cañones Donegal.

Por fin el 12 de Diciembre el gobierno español tomó la decisión de declarar la guerra a Inglaterra y aliarnos con Francia, lo cual no fue sino otra catástrofe que terminó en Trafalgar.... pero eso es otra historia

sábado, 3 de mayo de 2014

NAPOLEONES, NAPOLEONES

Conocemos mucho de Napoleón I, emperador de Francia, y de Napoleón III, primero presidente de la República y luego emperador del 2ª Imperio, pero bastante poco de los otros dos Napoleones. Aquí cuento un poco de sus vidas, cortas las dos pero con curiosos fines de ambas.

Napoleón I, el primer Bonaparte
NAPOLEÓN I

nacido como Napoleone di Buonaparte, en su Córcega natal, era el 2º hijo de una familia numerosa, con sus hermanos Giuseppe (José Bonaparte), Luciano, Elisa, Luis, Paulina, Carolina y Giacomo (Jerôme).
Su familia pertenecía a la pequeña burguesía de la isla, pero su fulgurante carrera acabó arrastrando a sus hermanos, y varios de ellos acabaron reinando, como José I en Nápoles y después en España, o Luis que fué rey de Holanda. El pequeño Jerôme fue Virrey de Italia mientras duró el Imperio Napoleónico, y Lucien, dejó la política después de haber formado parte del Consulado, por diferencias con Napoleón, sobre todo era contrario a la idea imperial.
De las chicas, Elisa fue Duquesa de Piombino y Luca, y posteriormente Gran Duquesa de Toscana. Pauline fue Princesa de Guastalla, y la pequeña Caroline, se casó con Joachim Murat, mariscal del Imperio y Rey de Nápoles, famoso por liarla parda en Madrid en el 2 de Mayo.

María Luisa de Austria
EL HEREDERO

Napoleón se había casado con Josefina Beauharnais, pero la pareja no conseguía tener hijos. Josefina tenía dos hijos de su anterior matrimonio con el Vizconde de Beauharnais, Eugéne y Hortense, que eran ya mayores.
El caso es que Napoleón a pesar de algunas infidelidades (por ambas partes), necesitaba un heredero al trono imperial. El estaba enamorado de Josefina, pero la política es la política.
Parece ser que tuvo un hijo ilegítimo con la princesa María Walewska, su otro gran amor; de la que se prendó durante la campaña de Prusia Oriental (batallas de Eylau y Friedland), y por la que devolvió la independencia a Polonia en forma de Gran Ducado de Varsovia. Pero el niño fue reconocido por el marido de la Walewska como propio, a pesar de la evidencia.

Al final el acuerdo político al que llegó fue la paz con Austria en el tratado de Schönbrunn, donde se acabó la 5ª Coalición, y el acuerdo matrimonial con una princesa austriaca, María Luisa de Habsburgo-Lorena, hija del kaiser Francisco I.

Napoleón II, el joven Aguilucho
NAPOLEÓN II, EL JOVEN AGUILUCHO

Con María Luisa, Napoleón consiguió por fin tener su tan deseado heredero varón, Napoleón Francisco José Carlos Bonaparte, más conocido como Napoleón II, rey de Roma.

 Napoleón II nació en 1811, y su padre, el emperador fué derrotado y tuvo que abdicar en 1814, tras la toma de Paris por los ejércitos aliados. Exiliado en la isla de Elba, Maria Luisa jamás fue a verle, cosa que sí hizo Josefina, y tanto Maria Luisa como el pequeño Napoleón quedaron confiados a la corte vienesa de su abuelo. Maria Luisa quedó con su amante Von Neipperg, con el que tuvo varios hijos y con el se casó una vez hubo muerto Napoleón en Santa Helena.

Así que el pequeño Napoleón se crió educado por su abuelo en la corte vienesa, a la manera de un príncipe austriaco, aunque tristemente contrajo tuberculosis y murió a los 21 años sin haberse casado y sin descendencia, a pesar de ciertos rumores según los cuales el emperador Maximiliano de México pudo haber sido fruto de los amores de este joven Napoleón con su prima Sofía, princesa de Baviera.

Napoleón III y familia
NAPOLEÓN III, EMPERADOR DE LOS FRANCESES

Acabada la herencia por línea directa de Napoleón, este Napoleón III era hijo de Luis Bonaparte, el 5º hermano en la familia Buonaparte, y de Hortensia de Beauharnais, la hija mayor de Josefina.
O al menos esto era lo conocido hasta ahora. Un estudio reciente de ADN determina que no hay relación directa entre los genes de Napoleón I y los de Napoleón III (también conocido como Luis Napoleón). Lo que falta por investigar es si se debe a una infidelidad de Hortensia de Beauharnais o bien a una infidelidad de Letizia Ramolino, la madre de Napoleón, considerando la posibilidad de que Luis no fuera hermano de padre de Napoleón y de ahí la diferencia genética.

En cualquier caso y a todos los efectos Luis Napoleón era sobrino de Napoleón I , y por tanto el primer varón en la línea sucesoria, ya que su tío José solo tuvo hijas, la herencia pasaba a su padre Luis y después a él (excluido Luciano por decisión propia).

La familia estuvo exiliada en Suiza y después en Inglaterra e Italia,y Luis Napoleón creció con la responsabilidad de ser el heredeo del bonapartismo.

Intentó dos golpes de Estado para restaurar el Imperio, uno en 1836 y otro en 1840, ambos fracasados, y por el segundo de ellos se vió encarcelado, aunque consiguió evadirse de nuevo a Inglaterra.

Cuando se proclama la 2ª República y el pueblo derroca a Luis Felipe de Orleans en 1848, se proclaman elecciones a la presidencia, que Luis Napoleón gana sin paliativos, gracias a su nombre, sobre todo por su apoyo en la población rural. En el año 1851 da el golpe de Estado definitivo, y se proclama como emperador de Francia, es el llamado segundo Imperio. Entretanto se había casado con una noble española, Eugenia de Montijo.Precisamente hijo de Luis Napoleón y de Eugenia es el último Napoleón, el príncipe Napoleón Eugenio Luis Bonaparte.

El imperio de Napoleón III se vió envuelto en multitud de conflictos, participó en la Guerra de Crimea, la invasión de México y posterior proclamación de Maximiliano, la construcción del canal de Suez, etc, etc... y su imperio terminó con la guerra franco-prusiana, al ser capturado por las tropas de Bismarck en la batalla de Sedán en 1870 (conflicto del que ya os conté algo en "el Telegrama de Ems") y proclamar los franceses la 3ª República. Tuvo que exiliarse de nuevo con la familia a Inglaterra.

Prícipe heredero Napoleón Eugenio Luis
EL ÚLTIMO NAPOLEÓN Y SU EXÓTICO FIN

El joven Napoleón Eugenio Luis se hizo mayor en el exilio inglés adonde había llegado con 15 años de edad.
Allí ingresó en la Real Academia Militar de Woolwich, para oficiales de artillería en ingenieros, con ánimo de seguir los pasos de su tío-abuelo. Fue también proclamado heredero al trono imperial de Francia por sus simpatizantes, a la muerte de su padre en 1873.

Ansioso por correr experiencias militares que le confirmaran en su carrera, y ya con el grado de teniente, forzó a las autoridades británicas a que le enviaran a la guerra Zulú de 1879, que había sido iniciada por el alto comisionado para Sudáfrica, Sir Henry Frere, y Lord Chelmsford, que estaba al mando de las tropas imperiales allí, contra el rey Cetshwayo kaMpande. En un intento personal por alcanzar gloria militar y de paso despejar un posible problema, se metieron en un avispero no previsto (Cetshwayo llegó a movilizar cerca de 30.000 guerreros y demostró ser un buen táctico).

El caso es que el príncipe Napoleón marchó para allá y quedó asignado al estado mayor de los Royal Engineers, donde se suponía que iba a estar a salvo. Aun así tomó parte en varias misiones de reconocimiento.

muerte en zululandia

En una de ellas, y en un lugar en el que se suponía que no había guerreros zulúes se acercó con una patrulla de 9 hombres montados a reconocer un kraal (pequeño poblado con vallados para guardar el ganado), y cuando salían de allí fueron atacados por unos 40 guerreros, que aislaron al príncipe y 3 de sus hombres, el resto escapó. A Napoleón IV no le dió tiempo a montar en su caballo, fue alanceado en la pierna y después le fueron encima todos los zulúes. Recibió 18 heridas de lanza, varias de ellas mortales, e incluso una en su ojo derecho que le penetró hasta el cerebro.


Su muerte creó una conmoción mundial, ya que con ella terminaba de forma abrupta la posible dinastía napoleónica. Curioso fin para alguien que podía haber llegado a ser emperador de Francia.